Una operación de Bypass Gástrico compleja, vivida desde dentro. (5ª parte)

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(Seguimos con la operación de Bypass Gástrico, sólo para lectores interesados en aspectos técnicos y poco aprensivos)

Es otra fase de la intervención totalmente distinta, todo está yendo dentro de los habitual, casi como si no fuese un paciente tan complejo, y el equipo está satisfecho y lo expresa. Comentarios en quirófano, sonrisas tapadas por las mascarillas pero que se adivinan. La auxiliar que acude a por material quirúrgico, la anestesista recoloca la sonda nasogástrica y la instrumentista reordena su mesa, mientras el equipo de cirujanos relaja la tensión visual, la de las manos y sobre todo la tensión emocional.

Miramos el reloj de pared del quirófano, y el tiempo utilizado hasta ahora es de sólo 15 minutos más de lo habitual…

-¿Qué tal el fin de semana?¿Habéis hecho alguna cosa especial?

Mientras cada uno comenta alguna anécdota o aventura del fin de semana, aunque casi siempre acabamos hablando de cosas de nuestros hijos, de los colegios, de su educación y de las dificultades…, vamos recolocando al paciente.

¡Anti-Trendelemburg!, por favor.

Recuerdo que mi primer maestro de cirugía en el Hospital de Navarra nos decía: “en quirófano no se dice por favor ni gracias”; y tenía su sentido porque nos pasábamos todo el tiempo pidiendo cosas, y se ya daba por sentada la cortesía para evitar repeticiones tediosas. Sin embargo, no podemos evitar, de vez en cuando, soltar algún por favor, quizá por mi educación clásica en el colegio “Los Maristas”, y en régimen de internado, que era casi como militar…

– Dra. Saiz, podemos aspirar el estómago y retirar la sonda nasogástrica?

– ¡Vamos allá!

– ¡Concentración!

Medimos 4 cm desde el inicio del pilar diafragmático derecho, corroboramos que anatómicamente estamos en el lugar adecuado, y comenzamos la disección de la grasa que rodea al estómago en esa zona. Es una maniobra delicada. Es una zona con muchas arterias y podría sangrar, y además es atravesada por nervios importantes que no deben lesionarse, porque podría ser causa de parálisis del estómago remanente y causar un grave problema post-operatorio.

En esta zona siempre trabajamos con máxima concentración y destreza, sin prisa, con minuciosidad.

Conseguimos disecar la zona adecuadamente, y pasamos a tunelizar la cara posterior gástrica, hasta una cavidad que existe debajo del estómago, aunque no acabamos de coneguirlo. Esta cavidad está libre en la gran mayoría de los pacientes, para permitir que pueda dilatarse o retraerse el estómago, según se llena o se vacía. Sin embargo en algunos pacientes existen muchas adherencias o pegaduras que dificultan la disección, debido a traumatismos, como caídas fuertes en la infancia o desaceleraciones bruscas por accidentes de tráfico. Y como no, en este caso que necesitábamos una anatomía sin complicaciones, ¡tenía mas adherencias de los normal…!

Íbamos disecando con paciencia y sin precipitaciones, y aquellas adherencias daban la sensación de no acabarse nunca.

Hacemos un alto. Reevaluamos la anatomía, nuestra ubicación, la direccionalidad de nuestra disección…

Nos damos cuenta de que una vez mas, la desviación gástrica originada por la dilatación diafragmática asociada a la superobesidad, a pesar de que la estábamos teniendo en cuanta, distorsionaba la anatomía más de lo previsto.

Recolocamos aún más la posición de estómago, y conseguimos en poco tiempo la tunelización necesaria.

A partir de aquí, todo va con mucha agilidad.

– EndoGia roticulator 45-3,5.

– Ligasure.

– Gancho de coagulación.

– Dra. Saiz, sonda de 32 Fr.

– Endogía 60-3,5

– Finger.

– Otra carga de 60-3,5…, finalizando finalmente el pequeño estómago, que hará la función restrictiva de la operación, evitando que el paciente pueda comer mucho.

Sabemos lo importante que es realizar un estómago pequeño y sin bolsones en su cara izquierda, para evitar en lo posible dilataciones futuras…., y lo hemos conseguido.

Otro pequeño momento de relajación. Ya sólo queda una fase para finalizar la operación con éxito, y se percibe en el ambiente.

-¡Vamos a por el asa alimentaria!

Rescatamos el asa alimentaria que habíamos dejado preparada en la primera fase de la intervención, y con una endoGía de 30-3,5 la anastomosamos (unimos) al nuevo y pequeño estómago.

Es también una fase delicada de la operación, que realizamos con absoluto esmero. Quizá este el momento más concentrado de toda la operación. Una vez más, su diseño es muy importante para que tenga un efecto valvular o de cuello de botella, para evitar el vaciamiento rápido del pequeño estómago, y que así pueda ayudar más al paciente, y conseguir una mayor pérdida de peso para toda la vida del paciente.

A partir de ahora, el alimento que coma el paciente, pasará del pequeño estómago al asa de intestino delgado que le hemos unido, y no comenzarán a absorberse los nutrientes, hasta que el alimento lleguen 200cm después, a contactar con el asa que lleva los jugos gástrico, biliares y pancreáticos…

La verdad es que me gusta explicarle a los pacientes, que aunque las operación de realizan según unas medidas y un protocolo técnico, cada operación es una pequeña o gran obra de arte, muy dependiente de la mano del “artista”, y nunca dos operaciones son iguales…

Realizamos una doble prueba de estanqueidad, con aire y con azul de metileno, para ver que todas las suturas están perfectas. Revisamos todo una vez mas. Introducimos un pequeño drenaje que dejaremos hasta pasados 4-5 días de la intervención (aunque la previsión es enviar al paciente a las 36 horas de la intervención), y damos por finalizada la operación.

Extraemos las pinzas, el separador hepático robotizado, los trócares, y cerramos las pequeñas incisiones de la piel con una material que hará que prácticamente sean invisibles a la vuelta de 6 meses.

La Dra. Saiz, ya ha dejado de perfundir, minutos antes de terminar nosotros, ciertos fármacos que sirven para mantener al paciente anestesiado y relajado. Notamos como se va despertando paulatinamente. La monitorización de las constantes, va marcando el despertar del paciente, hasta que por fin rompe en un deseo esperado de expulsar el tubo del respirador, que la anestesista, atenta, extrae con agilidad. El paciente está tranquilo y el despertar está yendo sin problemas.

Salimos a hablar con la familia que se encuentra a la salida del quirófano, en una sala de espera confortable, aunque seguramente de ambiente tenso y difícil.

Nada mas vernos, la familia se levanta rápidamente, y acuden ha nuestro encuentro comandado por los padres. Nos damos la mano.

– ¡Todo ha ido perfecto!

– Se encuentra muy bien, y ya está despierto.

– No ha habido ninguna complicación quirúrgica ni anestésica…

– La operación ha bien técnicamente, y hemos podido realizar la técnica prevista con 100cm de asa biliprancreática y 200cm de asa alimentaria.

– ¡Le va a ir muy bien!. ¡Será una operación muy eficaz!

La madre sonríe satisfecha, me coge de la mano para mostrarme su agradecimiento.

– Muchas gracias doctor.

– A ustedes por su confianza en nosotros.

Le recordamos una vez mas, como va a ser el postoperatorio en el hospital, y en que puntos debe colaborar la familia. Todo lo tienen anotado en unas hojas de instrucciones, y además han sido instruidos días antes de la operación. La instrucción al paciente y a su familia, sobre el protocolo de cuidados y recuperación postoperatorios, ha sido otro de nuestros avances, y apreciamos especialmente en pacientes como este.

El postoperatorio se desarrolla como el de un paciente con obesidad mórbida menos severa; después de un tiempo en nuestra zona de vigilancia postanestésica, la Dra. Saiz sube al paciente a la habitación, sin ningún tipo de sonda, ni urinaria, ni nasogástrica, ni vía central, ni vía arterial… Nuestro método quirúrgico y protocolo anestésico, no permite hacerlo así, siendo menos intervencionistas, levantando al paciente al sillón a las 2 horas de llegar a la habitación, y comenzando rápidamente los pequeños paseos por la habitación y los ejercicios respiratorios. A partir de ese momento, el paciente se recupera de forma sorprendente. Apenas tiene dolor, ni náuseas, sólo un poco más de adormecimiento si cabe, y va realizando todo el protocolo de recuperación sin ningún problema.

A final de la tarde paso a visitar al paciente, aunque durante toda la tarde ha habido una comunicación permanente con la enfermera responsable, que me ha llamado para comunicarme el resultado de un análisis de control y la evolución de las constantes: todo normal.

En el ambiente de la habitación se palpa tranquilidad y caras relajadas, de agradecimiento. Es un momento muy bonito con el paciente y con la familia, que ya ha pasado el calvario de la incertidumbre durante la intervención, y que ven tan recuperado al paciente, que no dudan en que todo está pasado…

A la mañana siguiente realizamos una nueva prueba de estanqueidad con azul de metileno, ayudados con el drenaje que dejamos al final de la intervención, y que en teoría nos alertaría de una posible fuga. La verdad es que nunca hemos tenido una fuga en ningún Bypass, y que este método no nos haya ayudado en ningún paciente, pero seguimos utilizándolo por prudencia.

Después de un día más de recuperación, y un total de 48 horas en el hospital, incluyendo la mañana de la operación, la recuperación es perfecta, y damos de alta el paciente.

Actualmente, casi dos años después, al paciente le ha cambiado la vida con su IMC de 27, gracias a su operación, aunque también gracias a su esfuerzo, a haber recuperado su afición a la bicicleta, que disfruta con entusiasmo.

 

Estimado lector: Este historia esta basada en un caso real, y he evitado en todo lo posible la ficción. Espero que hayan disfruta con su lectura, como yo con su narración.

Un saludo

Dr. Jose Vte. Ferrer

2 thoughts on “Una operación de Bypass Gástrico compleja, vivida desde dentro. (5ª parte)

  1. Trinitario

    La verdad es que siempre he tenido curiosidad en conocer que pasa en un quirofano,para desmitificar un poco lo que conocemos por cine o tv. Es una realidad para mi ,que son personas como nosotros, pero para mi a otro nivel mas humano y profesional. Una descripcion real y verdadera de lo que pasa en una intervencion,yo la acabo de vivir y es asi .No puedo expresar las gracias, en palabras,es mas que esa palabra, habria que inventarla.»GRACIAS»..

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